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26 de diciembre de 2024

El divertido método de Jimena Barón para conectar a su novio con su embarazo: “A ver tu panza”

La cantante y Matías Palleiro esperan su primer hijo en común. Fiel a su estilo, ella ideó una forma única para que él experimente por un rato esa sensación inexplicable

>En medio de risas y ternura, En un video publicado en su cuenta de Instagram, se observa a la autora de “La Cobra” levantándose la remera para mostrar su vientre de embarazo. Frente a ella, Palleiro, entre risas nerviosas, imita el gesto. “Vos ponés así y me besás, yo quiero que sepas cómo se siente para mí. A ver tu panza”, dice Jimena con una mezcla de humor y afecto.

El intercambio no se quedó en la mera mímica. Cuando Jimena besó el abdomen de su pareja, buscó transmitirle la misma sensación que ella experimenta cuando él le demuestra cariño al bebé que crece dentro de ella. “Ves, a vos también te da cosquillas”, comentó entre risas, mientras Matías se rendía ante la risa contagiosa y respondía con una frase que selló el momento: “Pero ahora porque entré en el trance”.

El video, que acumuló miles de reproducciones y comentarios en cuestión de horas, despertó empatía entre sus seguidores, quienes elogiaron la espontaneidad y ternura del momento. Jimena Barón, siempre dispuesta a compartir fragmentos de su vida con su característico humor, no solo ofreció un vistazo a su felicidad, sino también un recordatorio de las pequeñas formas en que se puede construir intimidad y alegría en pareja.

“Te quiero decir algo…” fueron las primeras palabras de la intérprete, dichas con cautela mientras tomaba las manos de su hijo. El menor, con la sinceridad y espontaneidad propias de su edad, respondió con una mezcla de intriga y preocupación: “¿Malo?”. La pregunta, cargada de incertidumbre, reflejaba la intensidad del momento. Ella, visiblemente emocionada, aclaró entre lágrimas: “Estoy emocionada”.

El anuncio llegó como un susurro que llenó el aire de alegría: “Si Dios quiere y sigue todo bien, vas a tener un hermano”. La reacción de Momo fue inmediata y desbordante. “¿En serio?”, exclamó antes de lanzarse a abrazar a su madre con una felicidad pura y contagiosa. Los abrazos se multiplicaron, y las preguntas comenzaron a brotar: “¿En cuántos meses son nueve meses?”, inquirió, ansioso por comprender el tiempo que lo separa de la llegada de su futuro compañero de vida.

El humor, siempre presente en la dinámica entre madre e hijo, surgió con fuerza cuando Momo le advirtió a Jimena: “Vos llegás a tenerle favoritismo, yo te juro que no sé, lo regalo”. Entre risas, ella replicó: “¿Vos estás loco? ¿Vos sabés lo que yo te amo a vos?”. Pero el niño, firme en su razonamiento, continuó: “Capaz de la nada decís: ‘Ay, pobrecito, tiene tres años’. Y le empezás a comprar un montón de juguetes”.

Lejos de ser un reclamo, Morrison propuso una solución que desbordó creatividad y lógica infantil: “Que use los míos viejos. O sea, comprale algunos, pero que use los míos viejos también. La ropa también”. Jimena no pudo evitar reír ante esta ocurrencia, que además de tierna, mostró el carácter práctico y protector de su hijo.



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